El
Burnout de la “Super Mamá”
El síndrome burnout o síndrome del
trabajador consumido suele deberse a diversas causas. Se
origina principalmente en las profesiones de alto contacto con personas y con
horarios de trabajo excesivos. Se ha determinado en múltiples investigaciones
que el síndrome ataca especialmente
cuando el trabajo supera las ocho horas diarias, no se ha cambiado de ambiente
laboral en largos periodos de tiempo y cuando la remuneración económica es
inadecuada. También puede darse si el ambiente de trabajo es pésimo y las
condiciones laborales inhumanas. (Fuente: Wiki).
¿Hay alguna mama que se sienta identificada?...
Seguro que sí, y posiblemente en la actualidad, también muchos papas.
Partiendo del hecho de que aún en los tiempos
que vivimos, no se considera el ser madre (o padre) y estar en casa como un
trabajo en toda regla, es muy difícil que la misma sociedad acepte el hecho de
que las mamás se enfrentan en algún momento de su vida a la carga que supone
hacerse cargo de la casa, los hijos, familiares mayores y por supuesto, su
propio trabajo laboral.
Por ello es indispensable que, sin dejar de
cumplir con nuestro deber como madres (que no pasa exclusivamente por hacerse
cargo de los quehaceres diarios de nuestros niños o de la casa misma), pensemos
en nosotras mismas y nos replanteemos otra manera de encarar el día a día, o lo
que es lo mismo, simplemente de VIVIR.
¿Alguien se ha planteado alguna vez como
afecta nuestro estrés diario a las personas que conviven con nosotros?; ¿os
habéis fijado en cómo es la respuesta de nuestro hijo cuando nosotros hemos
tenido un día complicado, estamos enfadadas y no nos soportamos ni a nosotras
mismas?
Por el contrario, ¿Qué pasa en esos días en
los que nos sentimos realmente bien, estamos a gusto con nuestro ser y llenas
de energía… como reaccionamos nosotras ante cualquier rabieta o situación de
probable disputa con los niños, nuestra pareja o cualquier persona que tengamos
delante?
Seguro, que observamos que cuanta mayor
sensación de bienestar tengamos mejor afrontamos las situaciones que vivimos
diariamente, y sobre todo, mejor nos encontramos, no solo psicológicamente, si
no con nuestra salud física.
Muchas de nosotras solo cuando estamos
exhaustas y posiblemente ya con un problema de salud, nos damos cuenta de que
la situación que vivimos nos ha sobrepasado y que somos “incapaces en ese
momento” de seguir afrontando el día a día de manera satisfactoria. Nos damos
cuenta de que “hacernos las súper mamas” solo ha servido para agotarnos y vemos
que por ser “SÚPER´S” no somos mejores ni diferentes, que nuestros hijos nos
quieren igual, que nuestra pareja y entorno como padres, abuelos o amigos,
están a nuestro alrededor para ayudarnos y apoyarnos para poder seguir adelante
haciéndonos “cargo” de todo y dinamizando la familia como muchas solemos hacer.
Es indispensable, pensar en nuestro bienestar,
hacer lo que nos gusta, dedicarnos tiempo, delegar en los demás, reorganizar
nuestro día a día (lo que implica que también en el de nuestros hijos, pareja, etc.)
y, sobre todo, disfrutar de todo lo que nos rodea, porque si hacemos lo
anterior, estaremos reeducándonos en salud, pensando en las personas que nos
quieren, ganando calidad de vida y lo
más importante… “VIVIR” de manera satisfacoria.
Verónica Monsonís Far, (emòtica espai de
benestar)
Psicóloga CV 08093
Máster en Psicología Clínica y Experta en
Atención Temprana
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